15.02.2021
Jugamos
a que la muerte no existe
la una para el otro
la otra para el uno
y bailamos
entre las ruinas de una utopía
en la que igual ya poco creíamos
mientras nuestros verdaderos dueños
escogen que parte nuestra ignoran
desde sus infranqueables torres de oro
Pero no es falsa nuestra sonrisa
ni el beso que nos damos
aunque sabemos que todo es falso
tal vez precisamente por eso
nuestra amistad parece tan cierta
nuestro amor ya no es tan romántico
y nuestros días juntos son como esas flores
que crecen en la carretera
con una belleza silenciosa
rebeldes sin pretensiones
marchitándose para siempre
humildes a la vera.
El Matallana