Some questions worth answering

  • From all the knowledge and experience that has been gathered so far, what are the most important lessons or pieces of knowledge which a person should (actively/functionally) know in the present day? What is the best way to teach it? What is the best way to make that knowledge available to everyone?

  • How can we include the outcomes of moral philosophy in all our activities? How can we teach decision making based on an objective and easy to use ethical framework? How can we promote a worldwide culture of ethical thinking? How can we make ethics fashionable?

  • Most people find it difficult to acknowledge or relate to the figures and indicators which are normally used to explain poverty, inequality and private capital accumulation. How can the “mathematics of inequality” be developed and explained to promote awareness and responsibility, especially among the richest part of the population?

  • The current knowledge we have from environmental science about the impact of human activities does not really influence the way most people live their daily lives. How can we bridge this gap between knowing and doing?

  • Although we live in a globalised world, most people do not understand the historical and geopolitical dimension of the moment and place they were born, and in which they are now living. They also have difficulties understanding how their lives are connected to the lives of people in other parts of the world. How can we help individuals and collectives to understand their place on this earth and their role in shaping its future?

El Matallana

Refugiarse en la lectura

17.02.2017

Hace poco tuve una conversación con una amiga del Reino Unido que trabaja “educando” refugiados en Malta. Mi amiga Jessie me preguntó si yo tenía alguna experiencia con analfabetismo y en mi opinión cuál era la diferencia entre una persona que puede leer (y lee) y una persona que no puede leer. Más que responder a su pregunta lo que hicimos fue dialogar, como pasa a menudo.

A pesar de que casi todos los refugiados que logran llegar vivos a Malta no saben leer y/o escribir propiamente (ni en inglés, ni en maltés, ni en sus lenguas maternas), la mayoría habla varios idiomas, entre dos y cuatro diferentes, antes de empezar a ser “educados” en inglés. Por ejemplo, un buen grupo habla distintas formas del árabe, además de otras lenguas y dialectos, dependiendo del lugar de origen. Entonces deben ser personas analfabetas muy diferentes a aquellas que se han quedado en su lugar de origen y no han recibido educación en su propio idioma. Quizá son personas que tienen formas de aprender especiales, ya que se han enfrentado a retos diferentes y tienen el sueño de integrarse en Europa o al menos de vivir una vida “normal” en cualquier lugar. Especulamos, porque es difícil saber cuáles son los verdaderos sueños de alguien y aún más de un grupo.

Los refugiados a los que ella enseña están atrapados en Malta (la isla era sólo una estación), tratando de aprender a leer, hablar y escribir en inglés como parte de un plan que les promete una vida mejor. Después de un rato hablando sobre el tema, Jessie me preguntó si yo pensaba que valía la pena enseñar a leer a los refugiados sabiendo que ellas y ellos necesitan más y urgentemente tantas otras cosas.

Pienso que en el juego del mundo actual hay varios tipos de perdedores, pero los más evidentes son los desplazados, los refugiados, los diferentes y los más pobres en general. Pero hay personas en el mundo sin ninguna voz, dentro y fuera de ese grupo de perdedores evidentes. Hay personas muriendo silenciosamente en todas partes, sufriendo en alguno de los barrios olvidados de Latinoamérica o en las calles de las ciudades indiferentes de India, en los países sin nombre de África o en los rincones no tan oscuros de Asia, Australia y Europa. China, Estados Unidos y Rusia son en ese sentido mundos aparte, contribuyendo especialmente a la miseria que aceptamos actualmente como humanidad.

¿Qué puede hacer la lectura por los refugiados, en un contexto cínico, pesimista y autocompasivo como ese? Mucho, le dije a Jessie. Cuando yo vivía en Cali y era (más) pobre, la lectura me dio perspectiva. Leer fue una de las actividades que me ayudó a entender la situación en la que me encontraba y me mostró que algo mejor era posible. Leer me puso en contacto con personas vivas y muertas, del pasado y de un posible futuro. Los libros me mostraron mundos y formas posibles, relativismo cultural, lenguas, lugares, mentes, visiones, pesadillas, religiones, sensaciones, luchas ganadas y perdidas, ideas y sueños que también podrían ser los míos.  Descubrí con palabras el horror y la belleza. Poco a poco encontré no sólo un lugar donde esconderme y aliviar las tensiones de la pobreza, sino una identidad formada por palabras que con el tiempo dejaron de ser ajenas.

Cuando lees también aprendes a pensar y a expresarte. Desarrollas tu imaginación como un nuevo músculo, como un nuevo sentido. Trasciendes tu posición actual y te concibes más allá de ti mismo o de ti misma, más allá de lo que crees que eres. Al fin y al cabo, toda vida es fantasía, toda vida es un cuento que nos cuentan y nos contamos. Leer te da herramientas para construir y narrar tu propia vida. A través de la lectura también puedes buscar lo que eres, narrar tu ser y lo que realmente deseas. Si bien no sólo de palabras se puede vivir, no se puede vivir sin palabras. Tener acceso a las múltiples voces del mundo es uno de los requisitos fundamentales para disminuir tu pobreza. Con pobreza me refiero a algo más que lo material. Me refiero a la pobreza como a la incapacidad de llevar la vida que queremos mientras contribuimos al bienestar nuestro y al de quienes nos rodean. Ser rico significa estar contento con la vida que uno lleva, dar y recibir amor en todas sus diversas formas, provocar sonrisas en las personas con las que eliges compartir y rodearte, experimentar lo que quieres, ir a donde quieres, respetar todas las formas de vida y todas las formas en que las personas que respetan tu integridad quieren llevar sus vidas… La persona que lee tiene la posibilidad de caminar en dirección a esa riqueza. El camino hacia nosotros mismos comienza en la autoconsciencia y la imaginación, y ambas cosas se nutren de palabras.

Más o menos ese fue el diálogo que tuvimos. Jessie se fue contenta a enseñar inglés a los refugiados y yo seguí leyendo.

El Matallama

María Quotes I: About the worst kind of poverty

“There are many kinds of poverty but the worst kind of poverty is when your spirit is poor”

This is one of the things that María (my mother) used to say. As a teenager I used to think that it was rather a statement of resignation. I used to understand that phrase like “because we know that we are materially poor, let us be rich in the things that we can at least”. Now I think many things about that sentence, but regardless the way I could interpret it, I realize that all the insights coming from that quote could be related to many real life stories. From the reflection of her humble experience, María used that phrase to express ideas not so far away from some welfare measure theories or from the situation of the actual world that I know. Nowadays I am sure that a good life is worth a lot and it does not have to be expensive. I am glad that I heard that phrase on time. I am happy to enrich my spirit.

El Matallana

Frases de María I: Sobre la peor pobreza

 “Hay varias formas de pobreza pero la peor de todas es la pobreza de espíritu”

Esa es una de las tantas frases que me decía María (mi madre). Cuando yo era adolescente pensaba que esa frase contenía más resignación que otra cosa, y la entendía como “ya que somos pobres materialmente, al menos seamos ricos en las otras formas que podemos”. Actualmente pienso muchas cosas al respecto, incluyendo que hay varias posibles interpretaciones de la frase que concuerdan con diversas historias de vida. Desde la reflexión de su humilde experiencia, María expresaba con esa frase ideas que no estaban muy lejos de algunas teorías de medición del bienestar o de la situación del mundo que conozco. Hoy sé que una buena vida vale mucho y no es tan cara. Me alegro de haber escuchado esa frase a tiempo y de enriquecer mi espíritu.

El Matallana