“Se acordó de Ángeles Alfaro, la efímera y la más amada de todas, que vino por seis meses a enseñar instrumentos de arco en la Escuela de Música y pasaba con él las noches de luna en la azotea de su casa, como su madre la echó al mundo, tocando las suites más bellas de toda la música en el violonchelo, cuya voz se volvía de hombre entre sus muslos dorados. Desde la primera noche de luna, ambos se hicieron trizas los corazones con un amor de principiantes feroces. Pero Ángeles Alfaro se fue como vino, con su sexo tierno y su violonchelo de pecadora, en un transatlántico abanderado por el olvido, y lo único que quedó de ella en las azoteas de luna fueron sus señas de adiós con un pañuelo blanco que parecía una paloma en el horizonte, solitaria y triste, como en los versos de los Juegos Florales. Con ella aprendió Florentino Ariza lo que ya había padecido muchas veces sin saberlo: que se puede estar enamorado de varias personas a la vez, y de todas con el mismo dolor, sin traicionar a ninguna. Solitario entre la muchedumbre del muelle, se había dicho con un golpe de rabia: “El corazón tiene más cuartos que un hotel de putas”. Estaba bañado en lágrimas por el dolor de los adioses. Sin embargo, no bien había desaparecido el barco en la línea del horizonte, cuando ya el recuerdo de Fermina Daza había vuelto a ocupar su espacio total.”
Tomado de El amor en los tiempos del cólera (1985) de Gabriel García Márquez.
Una gota de agua, una noche, una luna nueva me hace recordar,
siendo el pensamiento una cosa volátil yo no sé porque no te puedo olvidar…
Olvidar, para que olvidar, para que olvidar esos momentos lindos…
Olvidar, para que olvidar, para que olvidar esa felicidad…
Buscando un poco de paz y buscándote a ti yo me perdí,
me perdí, me perdí, me perdí, me perdí, pero yo aprendí:
Aprendí que para hallar la luz, hay que pasar por la oscuridad.
Aprendí que para uno encontrarse tiene que buscar en la raíz,
en la familia, en el pueblo, en la tierra, allí donde un día tú fuiste feliz.
Aprendí que perder y perdonar son dos remansos que le dan a uno tranquilidad.
Aprendí que no soy sólo yo y que somos muchos más:
muchos más soñando, sintiendo, viviendo, buscando la felicidad.
Aprendí que el camino es largo, que el camino es duro, pero se puede llegar,
aprendí que el camino es largo, que el camino es duro, pero se puede llegar.
Una gota de agua, una noche, una luna nueva me hace recordar,
siendo tú la mujer más divina, fantasía que Dios un día hizo realidad,
realidad para deleitarme, para navegar en tus encantos de mujer,
realidad que fue mi verdad, pero un día te fuiste sin más nunca regresar…
Con tanto sentimiento acumulao
y con el corazón aquí guardao,
con tanto sentimiento acumulao yo te tuve que vení a cantá…
Me salgo de mi concha y (yo te vengo a cantá)
Ehhh por la madrugá, por la mañanita (yo te vengo a cantá)
Te vengo a cantá, morena (yo te vengo a cantá)
Y con mi guitarra y bajo el palmar (yo te vengo a cantá)
Por el río Guapi, arriba en mi champita yo me vine (yo te vengo a cantá),
buscándote por la orillita (yo te vengo a cantá),
con el corazón lleno’ e sentimiento (yo te vengo a cantá)
me dejaste en un mar de sufrimiento (yo te vengo a cantá)
Me salgo de mi concha y (yo te vengo a cantá)
te vengo a contar mi historia (yo te vengo a cantá):
Me caía, me paraba, me perdía, aprendía y yo seguía (yo te vengo a cantá)
En una noche estrellada te volviste un sueño y fantasía de Dios (yo te vengo a cantá)…
Duele, duele, duele, duele, negra linda vuelve ya (yo te vengo a cantá),
te canto esta serenata de amor (yo te vengo a cantá)…
Ahora yo vivo mi vida bien sabrosito y cantando
¡porque la vida es un goce y felicidad! (yo te vengo a cantá)
Te vengo a cantá….
* “Grupo Bahía, composición del maestro Hugo Candelario González. El video fue dirigido por Nicolás Cabrera y Luis Antonio Delgado, en asociación con Juan Martín Fierro de Music Media Colombia (www.musicmedia.com). Se grabó del 2 al 6 de junio de 2011 en Guapi, Cauca, tierra natal del maestro Hugo Candelario y es un homenaje a la gente, al paisaje y a la música de este rincón del Pacífico colombiano. La canción hace parte del álbum “Con el corazón cerca de las raíces”, de 1998.”
Hola... Mi nombre es Rosalum@.... Intentare en "placer oral" describir mis placeres y las sensaciones experimentadas por mi paladar. Al mismo tiempo procurare que sirva para divertir y criticar.... Divertir al lector y criticar todo aquello que siendo potencialmente un placer oral... No cumpla con las expectativas creadas u ofertadas. Me deseo suerte y constancia.